Rolando Laserie - Las Cuarenta
Con el pucho de la vida apretado entre los labios,
Con el pucho de la vida apretado entre los labios,
la mirada turbia y fría, un poco lento el andar,
dobló la esquina del barrio , curda ya de recuerdo,
como volcando un veneno, esto se le oyó cantar:
Vieja calle de mi barrio donde he dado el primer paso,
vuelvo a vos cansado el mazo en inútil barajar,
con una daga en el pecho, con mi sueño hecho pedazo,
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.
Aprendí todo lo bueno,
aprendí todo lo malo,
sé del beso que se compra,
sé del beso que se da;
del amigo que es amigo
siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata
uno vale mucho más.
Aprendí que en esta vida
hay que llorar si otros lloran,
y si la murga se ríe, ji uno se debe reír;
no pensar, ni equivocado, para qué?,
si igual se vive,
y además corres el riesgo que te bauticen gil
La vez que quise ser bueno, en la cara se me rieron.
Cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar.
La esperanza fue mi amante, el desengaño mi amigo.
cada carta tiene contra y cada contra se da!
Hoy no creo ni en mí mismo, todo es truco, todo es falso,
y aquel que está más alto es igual a los demás.
Por eso no ha de extrañarte si alguna noche borracho
me viera pasar de brazo con quien no debo pasar.
Aprendí todo lo bueno,
aprendí todo lo malo
del beso que se compra,
sé del beso que se da;
del amigo que es amigo
siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata,
uno vale mucho más.
Aprendí que en esta vida
hay que llorar si otros lloran,
y si la murga se ríe, ji uno se debe reír;
no pensar, ni equivocado, para qué?,
si igual se vive,
y además corres el riesgo de que te bauticen gil.
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